Contribuir a que la sociedad en general gestione mejor sus pensamientos, sentimientos y conozca y potencie sus habilidades personales son objetivos primordiales. El camino para lograrlo se encuentra en la inteligencia emocional, esto es, la capacidad que tenemos las personas para conocer, reconocer y gestionar nuestras emociones, y también las de otros.
La práctica de la educación emocional implica diseñar
servicios, programas y/o recursos fundamentados en un marco teórico, que para
llevarlos a la práctica hay que contar con profesionales debidamente preparados.
Así nace la Delegación de ASNIE en Alicante. Otro proyecto
como eje vertebrador de convivencia. ¿Comenzamos?
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